Semana 25
¿Qué pasó esta semana?
Primaron la tensión y las bajas expectativas de alcanzar un acuerdo transversal. En las comisiones discutieron las enmiendas sin atisbar todavía perspectivas de encontrar puntos de acuerdo.
Las bancadas oficialistas emplazaron a la oposición a posponer el inicio de las votaciones para intentar llegar a acuerdos en los temas claves del texto.
Los partidos comenzaron a perfilar sus posturas ante un posible rechazo del texto constitucional.
Lo que importa mirar
Muchas discusiones, pocos acuerdos
Las comisiones sesionaron esta semana para discutir el contenido de las enmiendas y las iniciativas populares de normas. La dinámica de las discusiones fue compleja, ya que no ha sido posible todavía lograr redacciones comunes, más allá de ciertas intenciones en enmiendas de menor relevancia. En las sesiones públicas, no ha habido un debate propiamente tal, sino más bien una reiteración de argumentos de lado y lado sin perspectivas de acuerdo todavía.
En lo relacionado con el contenido de las discusiones, en la Comisión de Sistema Político se volvieron a discutir temas referentes a los quórums de reforma constitucional. Dentro de las opciones, se encuentran la del anteproyecto (3/5), la del oficialismo (4/7) y la de Republicanos ( 2/3 ). Luego de una larga discusión, no se logró llegar a consenso.
Paralelamente, en la Comisión de Principios, Derechos Civiles y Políticos, el debate de la semana se centró en el derecho a la vida. El oficialismo insistió en que las enmiendas de la oposición presentan un peligro para la ley de aborto en tres causales. Además, fue particularmente álgida la discusión sobre la posibilidad de reclusión domiciliaria a los presos de edad igual o mayor a 75 años y aquellos que padezcan enfermedades terminales. Esto último suscitó la molestia del oficialismo, por considerar que los principales beneficiados de dicha medida serán los condenados por violaciones a los derechos humanos recluidos en Punta Peuco.
Por su parte, la Comisión de Derechos Sociales centró sus discusiones en las denominadas “líneas rojas” del oficialismo. Como en el resto de las comisiones, el debate se centró en la falta de propuestas comunes o soluciones a los desacuerdos, y más en la exposición de las posturas de cada bloque. Así, se discutió sobre derecho al agua y al saneamiento y la igualdad de los tributos en las normas constitucionales, libertad sindical, seguridad social y protección del medioambiente, sostenibilidad y desarrollo.
Finalmente, la Comisión de Función Jurisdiccional y Órganos Autónomos centró sus discusiones más relevantes en la potencial inclusión del control preventivo sustantivo por la Corte Constitucional. Esto, incluso generó una instancia de negociación paralela a la mesa de delegados del proceso.
Mesa de negociaciones: ¿en curso o fracaso?
El acuerdo alcanzado el pasado 2 de agosto logró consensuar un cronograma de discusión y votación, además de la creación de una mesa de negociación para las enmiendas. Hasta ahora, no ha tenido éxito. Más bien, se han producido reuniones -paralelas e informales a esta mesa- entre delegados de las diferentes bancadas y entre los miembros de las propias comisiones. De hecho, Alejandro Köhler (PS) propuso generar una instancia de negociación más pequeña y estratégica, en tanto el oficialismo hizo un llamado a la oposición para aplazar el inicio de las votaciones (programadas para comenzar la próxima semana) y tener un margen para llegar a acuerdos. Por su parte, la oposición ha dicho que existe un ánimo dialogar, y que sus diferencias con el oficialismo son de forma y no de fondo.
El ánimo dentro del Consejo se ha tensionado al punto de tener una discusión pública con acusaciones cruzadas. Mientras que el oficialismo ha afirmado que el Partido Republicano no ha tenido intención de llegar a acuerdos, los republicanos han respondido diciendo que el Partido Comunista se quiere “bajar” del proceso sin haber votado todavía las enmiendas. Hasta ahora, se ve poco probable que exista un acuerdo sobre un nuevo cronograma y nuevas instancias de negociación.
Conducción y responsabilidades
Mientras las encuestas han mostrado una consolidación de la opción “en contra” para el plebiscito de salida, los partidos han comenzado a calibrar sus posturas y las responsabilidades de un posible nuevo fracaso constitucional. Por ejemplo, el fin de semana pasado, el exconvencional Hugo Gutiérrez (PC) realizó un evento donde participaron parlamentarios llamando a votar en contra, mientras que José Antonio Kast en un programa del Partido Republicano afirmó que no tendría problema en votar en contra en caso de no aprobarse las enmiendas republicanas. A su vez, el presidente de esta última colectividad subió un video a sus redes sociales indicando que el Partido Comunista se estaba bajando del proceso justo cuando se buscan incluir normas de seguridad en el texto.
Todos estos gestos, sumados a la dificultad de arribar a acuerdos, son indicativos de que el proceso se encuentra en un momento de gran fragilidad. La creciente distancia que se ha generado entre el oficialismo y la oposición no tiene indicios de terminar. Dirimir los temas más sensibles solo con el quórum exigido podría generar la exclusión del oficialismo. Por ahora, la posibilidad de una instancia de negociación entre sectores del oficialismo con Chile Vamos parece lejana. Priman las estrategias de unidad interna de cada sector.
Lo que viene
Desde el lunes, deberían comenzar las votaciones de enmiendas e iniciativas populares de normas en cada una de las comisiones. Está por verse si existirá un acuerdo durante el fin de semana para postergar su inicio una semana, para generar otro espacio en la búsqueda de un acuerdo general.