Semana 24

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“Supremazo”: revés oficialista en la Corte

La Corte Suprema falló el requerimiento del oficialismo, rechazándolo por unanimidad. El oficialismo argumentó que la presentación de enmiendas que buscan incorporar nuevos capítulos constituía un vicio esencial, ya que abriría el debate más allá de lo facultado por la Constitución y el reglamento del proceso. Por su parte, la mesa directiva adujo que considerar la incorporación de nuevos capítulos como vicio esencial significaba restar al Consejo Constitucional de su principal función, que es trabajar y modificar el anteproyecto.


El fallo de la Corte Suprema fue contundente, en el sentido de afirmar que la inclusión de capítulos no significa ampliar en ningún sentido el debate constitucional. También  interpretó en forma acotada las limitaciones que contempla el reglamento en el caso de presentación de enmiendas. Así, la Corte cree que, además de cumplir con los requisitos formales (plazos, quórum y formato), las enmiendas objetadas permiten un debate abierto en las instancias respectivas del Consejo, descartando la existencia de vicios esenciales.


Este es un duro revés para el oficialismo. El requerimiento tensionó las relaciones al interior del Consejo, generó diferencias en la mesa directiva y fue una de las causas del retraso del debate de las enmiendas, por lo que es posible afirmar que fue una estrategia errada no solo por el resultado, sino también desde sus motivaciones. Por lo anterior, cobra especial relevancia la instancia de negociación acordada por las bancadas, la que será un espacio clave para que el oficialismo pueda incorporar sus miradas en el texto final del proceso. Una buena señal es que desde el punto de vista del ánimo y funcionamiento del Consejo, el rechazo del requerimiento no tuvo mayores efectos.

Discusiones de enmiendas y mesa de negociación

Debido al acotado calendario acordado por las bancadas, se debió sesionar durante la semana en sesiones extraordinarias de largas duraciones y en paralelo. En estas, no se dieron debates sustantivos de las enmiendas, más bien fueron de carácter descriptivo y sin llegar -en la mayoría de los casos- a consensos. 


Demostrativo de lo anterior es la discusión sobre el rango que se le otorgarán a los tratados internacionales de derechos humanos y la libertad de elección del sistema de salud. Respecto a este último tema, se debatió sobre la enmienda Plan Universal Solidario Uniforme, propuesta por la UDI y el Partido Republicano (que había sido esbozada por RN en la Comisión Experta), la que fue altamente criticada por el oficialismo al inicio al afirmar que lo que se busca es constitucionalizar a las isapres. Sin embargo, se concluyó finalmente que este plan contiene elementos de universalidad, uniformidad y no discriminación, lo que podría abrir una ventana de acuerdos.


Por todo lo anterior, cobra especial relevancia la mesa de negociación acordada en conjunto con el cronograma. Hasta el cierre de este reporte, se han celebrado cinco sesiones, en las cuales ha existido un buen ánimo de trabajo y voluntad de llegar a acuerdos. Sin embargo, esto aún no se traduce en acuerdos concretos o redacciones comunes en los temas complejos. Hasta ahora, es posible afirmar que las líneas rojas del oficialismo están en la protección de la salud, los derechos sexuales y reproductivos, y el derecho a huelga. Al cierre de esta semana, es difícil adelantar un acuerdo como el logrado en la etapa equivalente de la Comisión Experta.

Nueva encuesta del Laboratorio Constitucional UDP

En la semana, se conoció una encuesta del Laboratorio Constitucional de la Universidad Diego Portales. Entre los encuestados, existe un aumento del interés en el resultado del proceso constituyente (de un 4,9% en julio a un 13,2%), como asimismo una marcada mayoría que considera importante tener una nueva Constitución (58,1%), lo que marca un alza en comparación a los datos de julio (51%).


Con todo, existen otros datos que deben ser leídos con preocupación. Por ejemplo, ha aumentado el porcentaje de personas que cree que es poco probable que se apruebe el texto constitucional (desde un 35,7% a un 44,9%), así como quienes creen que es nada probable que ello ocurra (de un 17,4% a un 23,3%). Esto, se suma al incremento del porcentaje de personas que votarían “en contra” en el plebiscito de salida, que subió a un 59,9% (desde el 44,2% de julio). La interrogante fundamental, en este caso, es si este escenario es remontable para el Consejo Constitucional, teniendo en cuenta que los diferentes sectores ya presentaron sus enmiendas y los acuerdos se ven lejanos. Por ahora, pareciera ser que el proceso rema con viento en contra hacia el plebiscito de salida.

Lo que viene

La próxima semana se iniciará la votación de las enmiendas en las distintas comisiones. Si bien es posible que se presenten enmiendas “de unidad de propósito” (de consenso amplio y transversal), hasta el cierre de este reporte se ve como un escenario poco probable. Todavía parece más probable que se defina el contenido de la primera propuesta constitucional por medio de la regla de mayoría; es decir, sin el apoyo del oficialismo. En definitiva, lo que ocurra en los próximos días en la mesa de negociación puede marcar el inicio del desenlace del proceso.