Elección Consejo Constitucional 2023

Sorpresivamente, el Partido Republicano fue el más votado, superando con ventaja a Chile Seguro, conformado por los partidos de Chile Vamos.

Con 23 escaños, los republicanos son los que logran mayor representación.

El Partido Republicano, que no se alió con otros partidos, fue el pacto que obtuvo la mayor cantidad de escaños.

La participación ciudadana fue alta, situándose como las elecciones con mayor cantidad de votos emitidos, solo sobrepasada por los comicios del Plebiscito 2022. 

Las fuerzas más extremas -de gobierno y de oposición- quedaron reforzadas al interior del Consejo, con la mayoría en manos del Partido Republicano. Ningún candidato de los partidos de centroizquierda o lista de la ex-Concertación logró un escaño, algo inédito desde la formación del conglomerado para el retorno de la democracia. Republicanos por sí mismo tiene los votos suficientes para bloquear cualquier norma constitucional (necesita 21 y tiene 23). 

Esto señala la alta probabilidad de un debate polarizado y con tensiones más intensas que las vistas en la Comisión Experta. Y deja a la Comisión en un dilema: buscar mayores acuerdos y defender un texto como bloque frente al Consejo o persistir en las diferencias y defender cada posición luego con los representantes de izquierda y de derecha.

La derecha obtuvo 2/3 para rechazar normas del borrador propuesto por la Comisión Experta, ya que alcanzó los 34 consejeros necesarios, incluso después del ingreso de un representante de los pueblos originarios. Esto implica que tendrá control total del resultado del proceso, ya que por sí sola podrá determinar qué normas estarán o no en el texto.

¿Veremos alguna posibilidad de que consejeros de derecha -excluyendo al Partido Republicano- puedan encontrar normas de consenso con los representantes de Unidad para Chile? Parece un desafío complejo y de baja probabilidad. Esto augura un escenario de debates ásperos y mucha dificultad para acordar una Constitución.

El gobierno experimenta una nueva derrota electoral y política de proporciones. Su programa ya tiene muy bajas posibilidades de ver la luz. Las grandes reformas que lo sustentan deberán ser revisadas en profundidad y en una negociación donde la oposición estará reforzada por el apoyo en las urnas y con bajos incentivos a darle viabilidad a estas.

Además, Chile Vamos tendrá la presión compleja del Partido Republicano, que puede capitalizar su desempeño electoral en las elecciones municipales y regionales del próximo año, y en las presidenciales y parlamentarias de 2025. Parece casi inevitable que la presión será incontenible en la derecha tradicional, especialmente para la UDI, para endurecer sus posturas políticas frente a temáticas como seguridad y migración, y ante las reformas que el gobierno quiere impulsar.  

El debate acerca de las dos coaliciones de gobierno se vuelve más difícil. Los votos que necesita en el Congreso y que marcan la presencia del PS y el PPD en el comité político ahora se desdibujan cuando el PS logra varios consejeros mientras sus socios históricos no sacan ninguno. Esto puede traducirse en una tentación por reforzar el peso relativo de Apruebo Dignidad y el Frente Amplio, pero perder consistencia en el apoyo dentro del Congreso. Esto cuando el PPD y los Radicales pudieran sentirse no representados, en una nueva realidad política interna donde no lograron elegir ningún representante al Consejo, perdiendo su tesis política de las listas separadas y enfrentados a una derrota de proporciones. 

La presión sobre el Presidente Boric por tratar de consolidar una sola coalición que permita avanzar algo de su programa (aunque sustancialmente modificado) se ha vuelto todavía más compleja.

El Presidente hizo una referencia a este fenómeno mundial en su discurso luego de las elecciones. Las democracias enfrentan crecientemente la alternancia en el poder, con alternativas cada vez más alejadas del centro político en cada contienda electoral. Chile también está experimentando este fenómeno.

El desafío para el Consejo Constitucional es reconocer que para redactar una Constitución es indispensable asumir que no se la puede escribir desde la ubicación específica del péndulo en un momento determinado. Fue el gran error de la Convención Constitucional. 

Es necesario escribir una Constitución mirando el largo plazo, asumiendo que el péndulo volverá a moverse hacia el otro extremo, y el texto constitucional debe ser capaz de representar a todas las visiones. Todas las fuerzas políticas con presencia en el proceso constitucional tienen una responsabilidad en ese sentido, pero ahora la más importante radica en el Partido Republicano, que tiene votos suficientes para bloquear.