Análisis de fuerzas en Comisión Mixta del proceso constituyente 

El proceso constitucional está diseñado en dos etapas. El anteproyecto que elaboró la Comisión Experta es la primera. Ahora, ese texto será discutido por el Consejo Constitucional que se instala hoy 7 de junio. Si existen discrepancias entre el Consejo y la Comisión, ellas se resolverán en una Comisión Mixta, formada por seis expertos y seis consejeros.


Nuestra estimación es que varios aspectos relevantes podrían ser derivados a una Comisión Mixta (por las razones que expondremos más adelante), donde las distintas fuerzas políticas harán los esfuerzos por estar representadas con la mayor proporción posible.


Según nuestros cálculos, la Comisión Mixta debiera quedar empatada: seis representantes del centro a la izquierda y seis del centro a la derecha. No obstante, como deben resolver por 3/5, se requieren siete votos a favor para aprobar algún texto que resuelva las diferencias entre ambos órganos. Es decir, cualquier sector requerirá al menos un voto del otro para llegar a un acuerdo. Y como las propuestas pueden bloquearse con 2/5 +1, cada sector necesita cuatro votos para vetar.


De acuerdo a nuestra estimación, Republicanos debiera tener tres representantes en la Comisión Mixta, pero considerando sus buenos resultados electorales del pasado 7 de mayo, podría ser más exigente en la negociación y lograr cuatro, es decir tendría poder de veto por sí mismo. Esto último podría generar un escenario de baja autocontención en su sector, replicando lógicas del proceso constituyente anterior, donde se privilegió la lógica mayoritaria en lugar de los acuerdos.


Aquí presentamos un análisis de cómo pueden operar las dinámicas de negociación en el Consejo Constitucional y luego en la Comisión Mixta. Los fundamentos y cálculos para los supuestos de nuestro análisis están en el anexo.

El poder de Republicanos en el Consejo Constitucional 

El Consejo debe aprobar con 3/5 de los votos a favor (30) las normas propuestas por la Comisión Experta o cualquier cambio que quieran hacerle a ellas. La conformación del Consejo Constitucional después de las elecciones del 7 de mayo le otorgó poder de veto a Republicanos en este órgano. Con sus 22 consejeros electos (eligieron 23, pero uno renunció a su cargo) tiene más que los 21 requeridos para vetar cualquier propuesta. 


Entonces, si Republicanos no comparte alguna de las propuestas de la Comisión Experta –donde solo tiene un representante– puede forzar a que deba ser modificada dentro del Consejo Constitucional. Y si no comparte las propuestas de modificación que surjan desde el Consejo –por ejemplo, porque las considera insuficientes– tiene poder para vetarlas.


A pesar de lo anterior, no tiene los votos suficientes para eliminar abiertamente una norma propuesta por la Comisión Experta. Para ello, se requieren 2/3 de votos en contra, es decir 33. A Republicanos le faltan diez. Chile Vamos tiene 11 y podría aportar esos votos, pero dada la disposición a llegar a acuerdos que ha promovido en los últimos meses, vemos como poco probable que ello ocurra.

Los temas que pueden generar más controversia

Todo aquello que no alcance 3/5 de votos a favor en el Consejo (30), pero que tampoco logre los 2/3 de votos en contra (33), deberá ser resuelto por una Comisión Mixta, compuesta por seis consejeros y seis expertos. Esa Comisión deberá, a su vez, acordar por 3/5 (siete votos a favor) textos que resuelvan la disputa.


La Comisión Experta aprobó casi todo el texto en forma unánime, pero incluso en materias aprobadas unánimemente quedaron visiones discordantes en el aire. Esos temas probablemente sean revividos en el Consejo, porque la derecha sintió que perdió algunos puntos y Republicanos podría reabrirlos.


Estamos hablando, por ejemplo, de la posibilidad de elegir el régimen de salud y el sistema de seguridad social, y el derecho a la vida del que está por nacer, entre otros. Cabe recalcar que reabrir estos debates significa alejarse de los consensos plasmados en el anteproyecto, que de momento no cuenta con fuertes adversarios. 

Las posibles diferencias entre cercanos

Por ejemplo, si Republicanos (y eventualmente el resto de la derecha también) quisiera reforzar la libertad de elegir en salud, el camino para hacerlo es presentar propuestas en ese sentido en el Consejo. Como la derecha con Republicanos suman 33 pueden reescribir y aprobar el texto final sin necesidad de acordar nada con la izquierda y la centroizquierda. En ese sentido, la actitud que decida tener Chile Vamos será crucial.


Si existieran diferencias entre Chile Vamos y Republicanos en la forma de incorporar ciertos aspectos y/o porque una parte de la derecha considera importante que el texto constitucional también incorpore miradas de otros sectores –recogiendo lecciones del fallido proceso anterior–, entonces podríamos visualizar una derecha dividida en el Consejo. En tal escenario, Chile Vamos efectivamente se activa como una bisagra en el Consejo, intentando forjar acuerdos transversales, pero podría verse enfrentado a un dilema áspero: elegir entre formar mayoría con Republicanos o con la centroizquierda y la izquierda.

La ruta de la Mixta

Si ocurriera el caso de que la derecha se dividiera, todavía Republicanos mantendría su capacidad de vetar lo que Chile Vamos (o parte de ellos) pudiera consensuar con la centroizquierda. Pero como no tendrá los 2/3 necesarios para derechamente rechazar esa propuesta, la discrepancia iría a la Comisión Mixta.


Aquí entra en juego un factor clave: ¿cómo quedará conformada la Comisión Mixta? Al tener 12 integrantes y debe acordar propuestas por 3/5 (siete votos a favor) es clave su conformación. 


En nuestros cálculos preliminares, Republicanos lograría tres integrantes. Si eso fuese finalmente así, no tendría poder de veto aquí; solo lo tendría si lograra que se elija un cuarto representante Republicanos para la Comisión Mixta. Para lograr eso, tendría que imponer su fortaleza en el Consejo frente a Chile Vamos y, probablemente, impedir que Evópoli tenga un representante.


Si lo logra, podrá imponer su visión sobre los temas constitucionales complejos en todas las instancias que quedan. Un escenario de este tipo podría incluso llevar a Chile Vamos a buscar acuerdos con la izquierda y la centroizquierda, prescindiendo de Republicanos. Este camino hoy parece una ruta aparentemente inexplorada, pero en realidad puede ocurrir. De hecho, es la misma que siguió Chile Vamos luego del plebiscito del 4 de septiembre, donde terminó acordando un nuevo proceso constitucional incluso con el Partido Comunista y con el reproche severo de Republicanos.

Una estrategia de salida

Para evitar ese escenario, se requiere que ocurran tres cosas. Primero, que Republicanos perciba que el acuerdo alcanzado en la Comisión Experta es legítimo y defendible. Segundo, que Chile Vamos prefiera defender el texto acordado por la Comisión Experta, incluso a costa de ciertas materias que hubiera preferido que quedaran de forma diferente, pero que estuvo dispuesto a ceder en pos de un acuerdo mayor. Tercero, que la izquierda no tensione ni exacerbe las diferencias entre Chile Vamos y Republicanos. Si alguno de estos factores no está presente, es probable que tengamos una Comisión Mixta y que en ella se terminen resolviendo temas muy relevantes del texto constitucional.

Conclusiones

Debido a todo lo anterior, se podría decir que el éxito de este segundo intento constitucional recae fuertemente en la derecha. Por un lado, se requiere un esfuerzo de autocontención de Republicanos, en que sea capaz de ceder espacio en las esferas de decisión, evitando jugar en exceso su carta como partido mayoritario (y con poder de veto) dentro del Consejo. No hacerlo sería caer en la misma lógica que utilizó la izquierda en la Convención.


Por otro lado, es necesario que Chile Vamos tome un rol de defensor del anteproyecto, considerando el enorme esfuerzo que se requirió de lado y lado para consensuar un texto de apoyo transversal. Dicho apoyo es frágil, y si bien la mayoría de la izquierda hoy no se encuentra estrictamente derrotada por el contenido del anteproyecto (el fondo), también es verdad que el actual proceso se aleja de su ideal en sus procedimientos (la forma).


En última instancia, incluso si materias relevantes terminan en una Comisión Mixta, allí puede darse un elemento moderador que continúe con el espíritu de consenso que tuvo la Comisión Experta. Una especie de “guardián” del anteproyecto, si se quiere. Pero ello requiere que Republicanos o no logre cuatro representantes allí o que opte por una búsqueda de acuerdos amplios, incluso con la izquierda. De no actuar así, existe el riesgo de activar el ánimo de rechazo (esta vez desde la izquierda). La derecha no puede caer en el error de humillar al oponente, o nos veríamos otra vez ante un proceso fracasado.

Anexo

Cálculo composición Comisión Mixta 

Se calculó el porcentaje de la Mixta que le corresponde a cada partido según su peso en los dos órganos que la componen (Comisión Experta y Consejo Constitucional).


El porcentaje que le corresponde a cada partido es una fracción, cuya suma total es 12. A ninguna colectividad le corresponde un número entero, por ende se entiende que habrá una negociación entre las distintas fuerzas (ver la sección “Interrogantes” más abajo).


En la negociación, los partidos probablemente van a negociar como pactos. Se espera que estos pactos sigan la lógica de alianzas de la elección de consejeros del 7M. Es decir, habría cinco pactos: Partido Republicano, Chile Vamos (UDI, RN, Evópoli), Partido de la Gente, Unidad para Chile (Apruebo Dignidad + PS) y Todo por Chile (PPD, DC, PR).


Nuestra proyección de cómo se repartirán los cupos, se basa en un “escenario de autocontención”, en que ningún partido —habiendo recogido las lecciones del proceso constituyente anterior— intentará acaparar demasiada fuerza dentro del órgano.